jueves, 29 de enero de 2009

Que vulnerable fuí. Que ilusa fuí. Vendados mis ojos, te dibujaba en mi mente de la manera más perfecta. Recibí unas palabras, semi-mágicas de algún amigo lejano que me hizo sacar esa venda. Miré mi dibujo y comparando términos con tus palabras, observé que errada estaba. Ahí es cuando caigo y digo... Que ilusa fuí. Sentada en la misma silla, donde hace unos meses te dibujaba, perfecto y leal; hoy te dibujo mal. Borroso, confuso pero Perfecto.
Así de ilógico.

(Algo me dijo aquel día que eras solo un soplo de alegría)

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