lunes, 5 de julio de 2010

El receso invernal ya esta produciendo su efecto. Hace un ratito terminé de ver una película que por cierto, ya había visto hacía un tiempo pero me habia quedado con ganas de volver a verla y así fue. Más allá de la típica historia de amor a primera vista, desencuentros, y el final claramente feliz con un hombre soñado sumado una vestimenta genial, tenía un segundo mensaje que me dejo pensando. La peli se focalizaba básicamente en la confianza en nosotros mismos, en el "si querés, podés", y en como los errores nos ayudan a crecer. Los errores que quizás cometemos por estar cegados por nuestros deseos. No quiero decir que no voy a seguir mis deseos por el hecho de que me voy a equivocar, pero el punto de la peli era recalcar que a pesar de tener sueños o deseos podemos idealizarlos de tal manera que cuando los tenemos al alcance de la mano, los rechazamos. Y no es que no lo hacemos porque somos bobos sino por el hecho de que a veces estamos tan ciegos por conseguir ese hombre/trabajo/par de zapatos que nos olvidamos de nuestros propios principios y en el momento que abrimos los ojos porque ya lo tenemos acá nos damos cuenta de que perdimos o dejamos cantidad de cosas más importantes en el camino que el premio mismo. A lo mejor exagero demasiado pero me da miedo llegar a la cima. Quizás lo mejor es el camino y no la meta, y me da pánico dejar de lado muchos momentos por focalizarme simplemente en ese objetivo, que tampoco estaría mal porque cuando tengo un deseo/sueño lo quiero cumplir, cueste lo que cueste. Y no está mal luchar por eso que deseamos pero no siempre la manera en que luchamos es la correcta. Apuesto que hay miles de maneras y hasta no probarlas una por una no vamos a saber cual es la que mejor nos resultó, y no me refiero a llegué a la cima, conseguí lo que queria, me refiero al hecho de saber que llegué a la cima pero en el camino no perdí nada.

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