sábado, 13 de junio de 2009

Llego el momento de estrellarme contra el muro al que tanto miedo le tenía. Tarde poco y nada en arruinarlo todo, pero está vez de manera definitiva. Algo perseguida, insistente e incapaz de creer eso mismo que el resto decía. Me costo pero lo pude ver. Era de esto mismo de lo que sentía miedo, eso que hacía que en este tiempo, mi inconsciente me hiciera mantener fría frente a sus palabras cálidas. 
Tanto tiempo, tanto remarla... Para que? Para nada. Hoy me dí cuenta de que un error lo comete cualquiera y de eso soy víctima porque mi persona misma atentó hacia él primero, pero fue lo que tuvo que pasarme para darme cuenta de que estaba viviendo y de lo que hoy, perdí. Porque es así, lisa y llanamente, lo perdí. No hay mas vueltas.
Como me dijeron para reflexionar, el también aporto su error, pero al cuadrado. Si bien, casi una semana después, sigo sin entender completamente las cosas, lo que más se difumina en mi es el hecho de que nunca pudo plantearme porque hicimos eso mismo que hicimos, el o yo. No siento rencor, en ningún punto, pero sí lástima.
¿Porque se dieron así las cosas? ¿Será que no tenía que ser? ¿Era lo que tenía que pasar para que verdaderamente me separe de los sentimientos que lo atraían? Nada de esto tiene respuesta, como cada pregunta durante cada mes que pasé junto a ese sentimiento poco recíproco. 
Nunca nos olvidamos del mal que nos hacen, dijeron una vez. Tal vez fue eso mismo lo que nos separó, el mal que hicimos, a nosotros mismos y los terceros, ¿porque no?. Hoy, tal como anoche, intento disfrutar lo de ahora. Después de todo, lo bueno, lo malo, lindo, feo, sentimental o no, amor o no, ¿Quién me quita lo bailado?

No hay comentarios: