martes, 12 de julio de 2011

Tenía una película en la compu a la cual le tenía muy poca fe. Pensé que era de esas que invocan al sueño pero me sorprendió como nunca. Hacía tiempo que no lloraba, tanto, con un film. No lo digo porque sea completamente buena (cinematográficamente hablando), lo digo por el solo hecho de que con una historia simple llega a lo más profundo. Nos demuestra que a veces la pérdida de un ser querido puede ser en un abrir y cerrar de ojos, que nos cuesta horrores dejarlo ir pero que más allá del dolor que nos pueda provocar debemos tener presente que aquellos que hoy dejaron éste mundo están mas allá de todo, y por eso mismo pueden seguir con nosotros, sea donde sea. No de la mejor manera quizás, o mejor dicho, no de la manera que nosotros deseamos porque físicamente es imposible, pero sentimentalmente lo es y por eso mismo debemos ser consientes que "no perdermos" a alguien... Por más injusto e inentedible que nos parezca, ese alguien merece estar más allá por alguna razón que desconocemos. Es necesario comprender que jamás nos abandonarán por más lejos que los podamos llegar a sentir. Siempre van a estar de alguna manera u otra pero lo mas importante de todo es poder decir Adios, y no solo con las palabras sino con el alma.

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