lunes, 31 de enero de 2011

Cada vez que me acordaba del mensaje, temblaba. No por cobarde simplemente porque mi mente sobria no puede entender mi conciencia ebria. Me repito la pregunta una y otra vez, ¿Qué se me cruzó por la cabeza en ese instante que presione Enviar? Pero es tarde para arrepentirse, lo hecho esta hecho y hay que levantar la cabeza y seguir adelante. Tampoco es tan grave, un mísero mensaje de texto prácticamente declarando tu amor hacia el... Un tiempo después lo volví a encontrar, cara a cara. Tenía ese presentimiento de que iba a seguir de largo pero cuando se acerco, me desconcertó. Fue todo bien. Me encantó verlo así. Suelto, dinámico, simpático. Es el típico hombre del que no me enamoraría jamás pero con ese "no se qué" me está volando la mente, constantemente... . .. ......

2 comentarios:

Eme dijo...

me ha gustado lo escrito, ojala tuviera el valor como tu.

Pato Barrientos dijo...

Me gusto lo que escribistes. Un abrazo