lunes, 13 de septiembre de 2010

Me di cuenta que a pesar de que pasen las horas, los días e incluso los meses, hay heridas que no se cierran. Siempre quedan con una partecita abierta. Y más allá del capricho, del no querer que se cierre ó de otros tantos factores, es simplemente porque me duele que se cierre y con ello se vaya una partecita importante de mí. Siento que cuanto más me empeño en distraerme de eso, más me enfoco. Más sostengo lo insostenible. Me encapriche con el recuerdo de alguien. Me encerré y no quiere que se desprenda de mi. Me aterra saber que su olor, sus palabras, sus besos, todo eso que te hacía bien, hoy se va a ir para darle lugar a experiencias nuevas.... Pero el punto está en que no quiero vivir esas experiencias nuevas por el simple hecho de que todavía no pude asimilar lo que ya se fue. Me importa poco y nada volver a caer en todo pozo. Estoy completamente convencida de que lo quiero acá, conmigo. Y por más de que todos digas que "las cosas se dan así por algo", ese algo no me interesa; lo quiero y punto. "El tiempo ayuda a olvidar"... les faltó agregar un "si yo quiero" porque, verdaderamente, si uno no está comprometida a olvidar, nada ni nadie lo va a sacar del lugar en el que está.
Y es así estoy pagando facturas pendientes de algo que pasó. Sin embargo, me quedó algo (muy) pendiente, y no se como ni cuando ni donde pero, desde lo más profundo de mi, sé que algún día voy a poder cerrar todo esto de la manera que ansío. Y a medida que pienso todo esto me doy cuenta de que estoy rodeada de todo pero (realmente) estoy en el medio de la nada.

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