jueves, 16 de abril de 2009

Charlamos, y más que charlar diría yo, expresamos cada uno, mínimos sentimientos un tanto correspondidos. No del todo, claro, como solemos hacer, intentando tapar con un dedo el sol que cada día refracta más luminosamente. Solicitó un encuentro, donde pudiéramos plantear todo de una buena vez, frente a frente. A tanta espera, accedí rápidamente.
Salgo, camino, me llama. Dos palabras simples, llego, baja y despedimos a mi acompañante. A casa, diría. Subimos, llegamos, habitación. El panorama era el de siempre, con tensión al cuadraro hoy. Palabras van, palabras vienen, hasta ahora ninguna por la cual estábamos ahí. Horas más tarde, las cosas estaban peor o mejor, por sentimiento. Nada de charla, nada de reproches, explicaciones ni acuerdo. Solo besos de acá y de allá. Sobraban.
No es que este descontenta pero al salir de ahí y caminar solo unos pasos, sola, en la penumbra pensaba si realmente fui con aquella intención, la aclaración a lo correspondido.
Mis ideas siguen flotando y mis sentimientos aferrandose a lo inestable, que sea proxima y posiblemente punto de destrucción.......

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